Esa es la pregunta que todo papá o mamá nos hacemos durante la primera etapa de su vida.
Los primeros años de nuestros pequeños son vitales en su desarrollo y maduración. Para ellos, lo más importante es que pasemos tiempo juntos y así, podamos disfrutar de una etapa tan bonita. Sin embargo, las exigencias, el horario de papá y mamá hace que, a veces, tengamos que delegar su cuidado en otros. Ahí es cuando se nos presenta la oportunidad de apuntarlo a alguna actividad.
Introducirlos en una segunda lengua a temprana edad es muy positivo para el desarrollo del bebé. Uno de los principales objetivos en la adquisición de idiomas es la escucha de registros lingüísticos diferentes a los que los rodean. Desde Xicotets, creemos en la importancia de un aprendizaje desde un punto de vista lúdico. Gracias a ello, conseguimos que nuestros hijos aprendan mientras se divierten.
Durante muchos años se ha empezado a estudiar una segunda lengua a partir de los 8 años. Sin embargo, Fernando Corominas, presidente del Instituto Europeo de Estudios de la Educación (IEEE) determina el período sensitivo de los idiomas de 0 a 6 años con su cúspide a los 2 años. Durante esta etapa, la plasticidad del cerebro para adoptar y entender registros es muy elevada. La música y los idiomas van siempre de la mano. La música favorece la captación auditiva de registros distintos y, por lo tanto, facilita el aprendizaje de otros idiomas. Además, si hay algo que nos es innato a todos los seres humanos es bailar cuando escuchamos música. Por eso, música y movimiento hará que además de disfrutar bailando, desarrolle su compás, lateralidad, ritmo y psicomotricidad gruesa. Y ¿por qué no? Bailemos nosotros también con ellos.
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