La lectura es uno de los hábitos más beneficiosos que podemos inculcar a nuestros hijos: estimula la creatividad, la inteligencia, la capacidad lingüística y de concentración o el desarrollo cognitivo y emocional, entre otras capacidades. Por eso es importante fomentar una relación positiva con los libros y que no lo perciban como una carga impuesta u obligatoria, sino más bien como un momento agradable, divertido y que despierte su interés.

Aquí dejamos unos sencillos consejos para convertir a los peques en grandes lectores:

1. Leer cuentos antes de ir a la cama ayuda mucho en este sentido y es un momento especial a nivel afectivo. Además, si es de los que les cuesta dormirse, verás como la voz de mami o papi, le ayuda a conciliar el sueño y lo tranquiliza.

2. Ten libros a su alcance. Es probable que las estanterías y librerías en casa estén a una altura a la que los niños no llegan. Habilita algún rinconcito en el que estén todos los libros y cuentos aptos para su edad. De esta manera, desarrollará la iniciativa de acercarse a cogerlos siempre que quiera.

3. Libertad de elección. Los padres tenemos que supervisar qué libros son apropiados para la edad y personalidad de vuestro hijo y cuales no. De entre estos, dejémosle en cada momento que él escoja en cada momento. Unas veces preferirá uno por los colores, otras por la textura, otra porque le ha gustado el dibujito…así crece su autonomía. También podemos estar atentos a qué cosas le interesan más: si le fascinan los dinosaurios, será más probable que quiera acercarse a los libros si tienen dibujos de dinosaurios.

4. Copia-pega. Los niños son muy miméticos y absorben como esponjas los comportamientos que observan en los adultos. Si en su casa nunca ven que papá, mamá o los hermanos mayores comen verduras, será más difícil que ellos las tomen. Lo mismo pasa con la lectura. Haced la prueba: un rato que estéis el fin de semana en casa, coged un libro cada uno y sentaos en el sofá a leer. Seguramente, por imitación, el peque haga lo mismo.

5. Más allá de lo que leen. A partir de cierta edad, se pueden hacer otras actividades que deriven de la lectura: crear una historia propia (sencilla, con dibujos, que el niño invente los personajes…), dibujar copiando un cuento, marionetas… ¡imaginación al poder!

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