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Hola papis, hoy hablamos de lo importante que es trabajar la autonomía desde bien pequeños. Nosotras en el centro dedicamos muchos momentos a trabajar este ámbito, sobretodo con los hábitos de la vida diaria, beber agua, quitarse o ponerse la chaqueta, usar cubiertos para comer… trabajar la autonomía desde que son pequeños les hace creer más en sí mismos y en sus posibilidades. La tendencia natural de los peques suele ser el pedir a los papás o educadoras estén todo el día encime de ellos y les ayuden a realizar este tipo de cosas, pero eso no es lo mejor para su crecimiento. Por supuesto, prestamos  ayuda pero le animaremos y motivaremos para que intenten hacerlo por si mismos.

Este desarrollo es una de las tareas evolutivas claves para la etapa de 0 a 3 años, ya que a partir de los 2 años adquieren nuevas destrezas que les permiten desarrollar un rol más activo en su ambiente. Nuestra misión es acompañarlos en su camino, aceptando la necesidad de independencia del niño y no sentir que nuestra autoridad se ve amenazada por ello, hay que flexibilizar algunas de las normas que eran importantes cuando el niño era bebé e ir actualizándolas conforme el niño va creciendo.

Tenemos que centrar la educación en el refuerzo de las capacidades del niño y sus logros y no tanto en las restricciones o prohibiciones, darles nuevos espacios de acción que les permita explorar su entorno y practicar nuevas destrezas. Ahora están en edad de investigar todo lo que les rodea, lo mejor es acompañarlos en su investigación y dejar el “no se toca”, ” no se hace ” únicamente para situaciones que comporten realmente peligro para el niño.

Un buen método para desarrollar su autonomía es involucrarlos en tareas de la vida cotidiana y darles pequeñas responsabilidades, les encanta ayudarnos y además se sienten muy bien con ellos mismos cuando ven que comparten contigo acciones de “mayores”. Siempre que se pueda, ellos tienen que ocupar un rol activo dentro de las tareas del auto cuidado, podemos empezar por que nos ayuden a darnos la ropa, a tirar el pañal y conforme vaya adquiriendo más destreza motora ir subiendo gradualmente el nivel de actividades que pueden hacer solitos.

Servimos como ejemplo de nuestros peques y ellos imitan muchas cosas que nos ven a nosotros. Démosle tiempo para que intente hacer las cosas por sí mismo aun cuando el resultado no sea perfecto, si les metemos prisa o les corregimos muy a menudo los niños se frustran y dan por perdida esa actividad o acción.

Hay que priorizar el desarrollo de la autonomía antes de lo más eficiente y bien hecho. Y no se nos puede olvidar el refuerzo positivo cuando actúe autónomamente, es muy importante que él sienta nuestro apoyo y que estamos orgullosos del trabajo que ha realizado. Tenemos en casa auténticos exploradores ansiosos de aprender cosas nuevas y estimulantes para su independencia física y emocional. Con un poco de paciencia, ¡la diversión está asegurada!.

¡Un abrazo familias!

Amparo Payá Mateo,

Profe del Océano azul

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